Begoña Guirao es profesora en la ETSI Caminos, Canales y Puertos y es la coordinadora de este proyecto Aprendizaje-Servicio centrado en el diseño de infraestructuras viarias más seguras y adaptadas a la población senior. Puedes leer la entrevista completa aquí.
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El proyecto se ha desarrollado en 4 fases diferenciadas. En una primera fase, los alumnos han realizado un diagnóstico técnico de los atropellos a peatones mayores de 65 en cinco distritos del municipio de Madrid, para lo que se ha contado con el registro de accidentes suministrado por la Dirección General de Tráfico (DGT). En una segunda fase, los alumnos han presentado los resultados ante un público de “peatones senior” en 5 Centros Municipales de Mayores del Ayuntamiento de Madrid (Carabanchel, Salamanca, Chamberí, La Latina y Puente de Vallecas). En una tercera fase, alumnos y personas mayores han trabajado conjuntamente (sobre planos del distrito) analizando tanto puntos de conflicto concretos entre peatón y tráfico, como los hábitos y necesidades de los peatones senior. Por último, en la cuarta fase, los alumnos han elaborado un informe final que se expondrá en los Centros de Mayores visitados, de manera que las personas mayores que han participado en los talleres puedan comprobar los resultados de su colaboración. El apoyo del Ayuntamiento de Madrid y su nivel de compromiso con el proyecto ha resultado clave para su realización.
¿Cómo surgió la idea y cómo se ha desarrollado?
Nuestro Grupo de Innovación Educativa (GIE‐TRANSPORT) había llevado a cabo con anterioridad proyectos de Aprendizaje y Servicio (ApS) en el campo de la seguridad vial. En concreto, los alumnos de la Escuela de Caminos (Máster en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos) habían trabajado en talleres con Asociaciones Víctimas de Accidentes de Tráfico, y la experiencia ya había resultado extremadamente útil para su aprendizaje y motivación. La idea de proponer un proyecto nuevo de ApS centrado en la siniestralidad vial de las personas mayores surgió como consecuencia del incremento, en los últimos años, de los fallecidos atropellados de este grupo de edad. Éramos conscientes del impacto que el envejecimiento poblacional estaba teniendo en el número y la gravedad de los atropellos en vía urbana. Había una necesidad, pues, de estudiar cómo la infraestructura viaria y la gestión del tráfico pueden adaptarse mejor a las personas mayores. Los datos sobre siniestralidad vial de personas mayores en ciudades españolas empiezan a ser preocupantes: en 2019, el 70% de los peatones fallecidos en vías urbanas tenía 65 años o más. Este problema no debía quedarse sólo en el ámbito científico (en el que ya estábamos trabajando algunos profesores miembros de este proyecto de ApS) sino que debíamos trasladarlo a la docencia. Los futuros Ingenieros de Caminos tienen sentir que su formación les va a permitir mejorar las condiciones de vida de la población, y que deben detectar dónde pueden diseñar actuaciones concretas, presupuestarlas y proponerlas. No hay que esperar a acabar la carrera para ver la utilidad de la formación. Pongamos nuestros conocimientos en valor ya.
¿Qué resultados ha obtenido?
Los resultados ponen de manifiesto que las personas mayores identifican claramente en su distrito los puntos de conflicto entre peatones y tráfico. En la mayoría de las ocasiones, dichos puntos coinciden con zonas en las que los alumnos han detectado una mayor frecuencia de atropellos. Pero hay determinados problemas en la infraestructura viaria y en la gestión del tráfico aportados por las personas mayores en los talleres, que no se hubiesen podido conocer si esta experiencia no se hubiese realizado. Los alumnos han sido conscientes del valor que aporta escuchar y atender a este grupo de edad.
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